El mapa ibérico de los enanitos
Erase una vez un alcalde, no hace falta mucho cuento, para saber que en la ciudadela del Paraíso, nos condenamos votando a un Francisco de la Torre, ni colorín, ni se pone colorado; haciendo honor a su nombre de crear un sembrado de torres insulsas, bueno, carísimas, haciendo honor a su apellido de baluarte erecto; ...