Implantado del DAI al ladito de mi corazón para evitar que se volviera loco despedirse de este mundo, dado de alta, el DÍA no me evito tembleques arrítmicos y dolores de clavícula como si hubiera portado a hombros todos los tronos de una Holly Week, sin lluvias. Antes de apretar los machos o viceversa, tengo que mostrar mis elogios por el magnífico personal del Hospital Clínico que me atendió: jóvenes dispuestos, amantes de su profesión, desde un joven doctor efebo de galenos, con su cohorte femenina del quirófano; hasta las que soportaron cariñosamente mi recuperación, Irene, Sara y Cristina; portentos humanos, que cada cual a su manera tuvieron que soportar su odisea para tener plaza en el SAS. En tiempos de Franco, el 1 de Mayo, mientras detenían a los sospechosos habituales de rojos, nos entretenían con gimnasias verticales y con algún partidillo en blanco y negro para la afición daltónica. Ayer de vísperas, nos mandaron a la emigración de ida y vuelta a los millonarios del Real Madrid que, empataron para infarto porque tomaron el Vericguat de Bayer.
Don Rafael Nadal, con nocturnidad se corta la coleta en Madrid, mientras compungidos Almeida y Ayuso, preparan su choteo para el 1 de Mayo desde el palco de raquetazos. Del Bosque, mi preferido, le encarga el gobierno dar la cara, para tapar el efecto carotas de la RFEF, espero que la Virgen del Bosque de las súplicas de incrédulos le ayude; tanto como a Pedro Sánchez el patrono de los eternos retornos. Sin remedio queda la Orquesta Filarmónica de Málaga, porque ha tenido que cambiar de programa por no poder contratar músicos, a su manera gerencial, para completar los atriles de la Primera Sinfonía de Elgar. Los músicos han pedido la dimisión del gerente, pero antes de que nada más se puedan interpretar solos de pitidos, sería de menester que dimitieran los rectores de la orquestas, con su presidente a la cabeza, don Francisco de la Torre Prados. Música, por favor.
Curro Flores
