Curro Flores

Unos Juegos exclusivos

Opinión

Curro Flores

Como hoy hasta la tortilla de patatas podemos hacerla inclusiva, huevos y patatas se pueden comer los pimientos sin atentar contra la diversidad, por suerte, aunque los empleados de las divinidades sigan moralizando represiones. Sin los postres, me plasmé ante el plasma, para revisualizar la ceremonia olímpica de apertura de los Juegos de Paris. Apavado por las miniaturitas en movimiento, la mente ida me daba un chapuzón en el Sena, pensando en nuestro alcalde de internacionales aspiraciones, para hacer de Málaga, Capital Europea de la Cultura y celebrar una Expo del mundo mundial; que quisiera gastar su último balazo rellenando la solicitud para ser sede olímpica la capital del Sur de Europa.

Los franceses que estaban más enchufados que los griegos en ese negociete, mandaron al refundador Pierre de Coubertin a la Sección Femenina, porque hace 120 años puso a la mujer con el abanico a aplaudir, pero, en 2024 los sexos se igualaron entre los competidores, porque los sudores de parto regaron nuestras conciencias. Pasaba del pavor, la emoción, la plasticidad del ingenio, el remojón de los atletas al gorgorito del más original todavía, pero como muchas películas francesas de buen casting, guión y prometedor título, la lentitud se adueña del butacón y, rasquiñas, despistes y divagaciones me hicieran militar en los bostezos. Ni que decir que el caballito de hierro por el Sena, lo hubiera cambiado por un Fórmula I, porque de ser el de Troya, tendríamos pendiente la fundación de Roma. Sintiéndome ajado, me consoló ver a aquellos ídolos antorchados de arrugas. Se me olvidó si en mi libro de historia infantil, venía algo de los juegos griegos, por lo que las olimpiadas me entraron por los sentidos por el NODO, al ver correr descalzo a Abebe Bikila en Tokio, pero salvo en la de Barcelona, he tortugueado en su seguimiento. Mi imaginación dio para un trecho de jabegas ocupadas con equipos olímpicos por el Guadalmedina, mejor en el Puerto con la tribuna sobre el hotel Catarí, me faltó una carrerilla de hombres de trono y el elenco para dar el cante, aunque en “Málaga cantaora” un gallito es posible.

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