Las navidades son los días del acierto humano, en los que –un mal rayo te parta-, no tiene cabida en la inmensa mayoría de buena voluntad, por eso mis deseos para todos vosotros, y más, si cupieran, son de paz, felicidad y salud. Se nos agolparán los saraos familiares, ante exquisitos alimentos, que desde 2015 revientas las cajas de tiendas y supermercados por la inflación sin sostén: de todas formas a disfrutarlos, porque el menda ha entrado en la vía de la abstemia coronaria, por lo que mantendré el gusto a dieta de los recuerdos salados deglutidos.
Es tiempo de acordarnos de los bancos más activos, los de los alimentos, para que el sufre de guardar la cola para llevar el cotidiano consumo a su hogar. Hoy como exviejo munícipe me sentí mal, porque habiendo librado mil batallas políticas en los plenos de mi Ayuntamiento, nunca las cosas habían llegado a mayores que algún venablo verbal, nadie había lanzado una botella al adversario de bancada como ha hecho el simpar ultraderechista, Ortega Smith, en el Consistorio de Madrid; Mr. Ortega es una perla a retirar de la política como a todos los de su condición, envenenadores de la democracia. Pero por otra parte, he visto bien, lo del pacto surgido de la Perra Gorda entre Sánchez y Feijóo para renovar el Poder Judicial, con el arbitraje de la UE, aunque Bendodo diga lo contrario, Pedro se ha quedado la perra chica, porque quede en lo que quede, el PP ya no podrá abusar de sus anticonstitucionales maneras, para mantener en el machito los jueces de su cuerda y albedrío ante la UE. En fin, me deseo fuerza y capacidad crítica, para saltar el rubicón de mi complacencia, porque aunque esta mañana me madrugaron las alegrías, pronto un noticiero me ha vuelto la jaca jaco. ¡Muchas felicidades!
Curro Flores