Está por ver si la imagen de marca de la crucifixión la cinceló Pilato, después de la lavarse las manos, o fuera uno del gremio de José competencia en la zona, ensañándose con su hijo, el pretendido Rey de los judíos. Ante tantas incertidumbres, a mayor gloria, se ha edificado una historia, capaz de los mayores momentos de sacrificios humanos., a la par de los más siniestros poderes y acciones, en nombre de sus creencias en la Cruz. En el Congreso Católico y de la Vida Pública, ha intervenido con radiante éxito de congregados, monseñor Munilla, obispo de Orihuela-Alicante; el prolifero mitrado ha descargado su esencia con un discurso, para poner en solfa el socialismo manifestando: “…que ha hecho de su ideologías las tumbas de los pueblos”. Por nuestro apacentamiento en el Nacional Catolicismo, tuvimos a mano más hagiografía que deplorables realidades, pero aquellas falsas nutrientes fueron el caldo de cultivo de la sequía y el desafecto al mundo católico.
A la luz de los evangelios están más mal visto los mercaderes del templo y los que se lo permitían, que la multiplicación de los panes, peces y posterior reparto; pero amén de perdurables hay quién le sigue gustando la limosna en la puerta de las iglesias, a la intervención del pater estado. No acierto a recomendarle a nadie, los diez tomos de La Historia Criminal del Cristianismo de Karlheinz Deshhner, porque ya somos mayorcitos para distinguir el bulto de la brizna, ni dejarle a David que tire la primera piedra, realidad y creencia se mueven en un pautado de reglas intangibles: Para mi ser socialdemócrata, tiene tanto impulso vital para mejorar la sociedad que, imagino que para los buenos creyentes que he conocido; repugnándome los delitos en nombres de cualquier ISMO, sea por fe, razón social o acumulación de riqueza. Verbo muy añejo para tanto INRI.
Curro Flores