Manuel Fernández Ruiz-Coello

Málaga para Vivir: “Si nos echan de los barrios paramos la ciudad»

Política

Málaga para Vivir

El movimiento vecinal Málaga para Vivir ha convocado una gran manifestación el próximo 9 de noviembre, con el objetivo de denunciar un modelo de ciudad que, según sus organizadores, expulsa a sus residentes en beneficio de la especulación inmobiliaria y turística. Bajo el lema “Si nos echan de los barrios, paramos la ciudad”, la protesta comenzará a las 11:30 horas en la Plaza de la Merced y recorrerá el centro histórico hasta la Plaza de la Constitución.

Este movimiento vecinal, nacido tras la masiva protesta del pasado 29 de junio (29J), se ha consolidado en los últimos meses como una herramienta asamblearia de organización y lucha contra lo que consideran un “modelo especulativo que está destruyendo Málaga”. Desde entonces, aseguran, la movilización ha crecido, extendiéndose por distintos barrios de la ciudad con un mensaje claro: Málaga no es un negocio, es un lugar para vivir.

Una crisis habitacional sin precedentes
El principal punto de denuncia de Málaga para Vivir es la crisis del acceso a la vivienda. Según datos recientes citados por el movimiento, en lo que va de año los alquileres en Málaga han aumentado un 20%, situándose como la segunda ciudad más cara de España. En zonas como Lagunillas o Huelin, los vecinos destinan más del 40% de sus ingresos al pago del alquiler, y en el Centro Histórico, esta cifra puede llegar al 60%.

Además, la expansión de las viviendas turísticas (VUT y AT) ha intensificado este fenómeno. En barrios céntricos como el entorno de la Plaza de la Merced, el 70% de las viviendas han sido reconvertidas irregularmente en apartamentos turísticos, según los datos aportados por Málaga para Vivir. Esta situación, denuncian, está vaciando los barrios tradicionales y encareciendo el coste de la vida de forma insostenible para los vecinos y vecinas.

Precariedad laboral y explotación
Otro de los problemas señalados es la precarización de la vida, especialmente en el sector servicios, donde la dependencia de la industria turística ha degradado las condiciones laborales de miles de trabajadoras y trabajadores. Según el movimiento, mientras los alquileres no paran de subir, el salario y las condiciones laborales son de explotación, dejando a la gran mayoría fuera del acceso a una vivienda.

Destrucción ambiental y especulación
El impacto no se limita a lo social y lo económico. Málaga para Vivir denuncia también la destrucción del entorno natural por un modelo urbanístico depredador. La proliferación de campos de golf y la urbanización sin control están deteriorando el medio ambiente. En la Costa del Sol, con la mayor concentración de campos de golf del mundo, el consumo de agua para su mantenimiento equivale al de una ciudad de 600.000 de habitantes.

Una respuesta colectiva desde los barrios
Frente a esta situación, el movimiento ha tejido una red de autoorganización vecinal y luchas en distintos barrios de Málaga. En el marco del proceso previo al 9N, han lanzado una serie de asambleas bajo el lema #HaciaEl9N, que se celebrarán cada miércoles hasta la manifestación, con el objetivo de sumar fuerzas y apoyar las luchas existentes. Las asambleas se realizarán en puntos clave como La Luz, Huelin o El Palo, barrios donde la presión de los alquileres y la turistificación es más intensa.

El 9N: una movilización clave
La manifestación del 9 de noviembre pretende ser el primer gran paro vecinal de la ciudad para frenar lo que califican como una «expulsión» de la vecindad de Málaga. “Si nos echan de los barrios, pararemos la ciudad”, afirman desde el movimiento. Esta movilización es vista como un primer paso en la lucha contra los desahucios, los alquileres abusivos y la precarización laboral, problemas que, según el movimiento, no han parado de acrecentarse por los principios especulativos en los que se basa el modelo de ciudad que impulsan las instituciones. Málaga para Vivir considera que las políticas actuales no solo no están resolviendo la crisis habitacional, sino que la están empeorando. Acusan a las administraciones de impulsar proyectos urbanísticos y turísticos que benefician solo a grandes propietarios y fondos de inversión, mientras la vecindad se ve forzada a irse la ciudad.

Una lucha que solo acaba de empezar
Para Málaga para Vivir, el 9N es solo el inicio de una ola de movilizaciones que pretende cambiar el rumbo de la ciudad hacia un modelo más democrático, habitable y justo. “Las ciudades deben ser para vivir, no para especular”, reza uno de sus lemas. Desde el movimiento destacan que esta movilización, además, está coordinada con una ola de protestas en multitud de ciudades y pueblos de toda España que comparten la necesidad de luchar y poner límites a este modelo que hace las ciudades y pueblos inhabitables.

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