Al principio creía en el anuncio de una compañía de autobuses, pero me corrigió el párrafo primero, era una de tanques, pero de ideas, promovida por el PSOE, presentada en el fluir de Pedro Sánchez hacia Alemania y comandada por el “piensa periódico” Manuel Escudero, ya celebrado, en la dirección de su programa 2000 socialista, evangelio olvidadillo de nuestro nuevo milenio.
La egregia nómina de comandados, merecía por edad, sacarlos del vehículo de guerra y ponerlas a resguardo de un laboratorio, aunque los apaños de su probeta, más merezcan ser de cocinilla; porque en fin se trata de sembrar en el baldío de la precariedad, el relativismo insolente, la falta de ánimo y las falsedades de los ultra, a todos los que puedan merecer nuestro abono y estén sumidos en la sequía ambiental política.
A propósito, como mis sentidos estaban en Stuttgart celebrando a nuestros peloteros Benyamines; me ha venido a la de cavilar cuando fui recibido por su alcalde Manfred Rommel, más eterno en el sillón que, Paco el de las torres malagueñas; el Oberbürgermeister, hijo del Zorro del Desierto, amén del bastón de mando, condujo un panzer de pensamientos demócratas cristianos, capaz de granjearle la amistad del hijo de Patton.
Después de tantos manuales, carpetas de informes y subrayados añejos, renace en mí el medido entusiasmo con Avanza, ojalá no pierda el pie en la carrera fundacional, porque sino trotaremos los conventos con más fundaciones que Teresa de Ávila. La primera Pablo Iglesia, la de nuestro fundador y buen abrigo, anda que se las pela porque las pelas no le llegan en sus cuentas y las de todos; la siguiente de Ideas para el Progreso se esfumó; la de Felipe González, connota divorcio a la catalana. Nuestra constancia es menos contumaz que la de la derecha, dispuesta a ponerse bajo el paragua de su FAES, por el careto de Aznar.
Curro Flores
