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Frigiliana en Navidad: diez rincones imprescindibles para dejarse llevar

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Enclavada en las laderas de la Sierra de Almijara y a un paso de la Costa del Sol, Frigiliana es uno de esos pueblos que no necesitan presentación. Basta con perderse por sus calles empinadas, entre fachadas encaladas y macetas rebosantes de color, para entender por qué figura de forma permanente en las listas de los pueblos más bonitos de España.

Aunque el turismo ya no entiende de estaciones, los meses comprendidos entre octubre y febrero —Navidad incluida— siguen siendo los más recomendables para disfrutar del municipio con algo más de calma y precios más moderados. Dormir en el casco histórico y recorrerlo a primera hora del día o al atardecer sigue siendo la mejor fórmula.

Tras recorrerlo durante una ruta por la provincia de Málaga, proponemos este itinerario con diez lugares esenciales para descubrir Frigiliana sin prisas.

1. Calle Real, el corazón del casco histórico

La mejor forma de empezar es adentrarse en la Calle Real, auténtica columna vertebral del casco antiguo. Este eje comercial atraviesa un entramado urbano de origen morisco-mudéjar excepcionalmente conservado y declarado Conjunto Histórico-Artístico.
El recorrido arranca junto a los antiguos Reales Pósitos, de los que aún se conservan sus arcadas de ladrillo, y continúa entre tiendas, bares y pequeños talleres artesanos.

2. Plaza de las Tres Culturas

Punto neurálgico del pueblo y lugar de encuentro por excelencia. Aquí confluyen historia, vida cotidiana y simbolismo. Desde esta plaza parten varios de los itinerarios más fotogénicos y se localizan edificios clave como el Ayuntamiento o la Iglesia de San Antonio.

3. Palacio de los Condes de Frigiliana (El Ingenio)

Muy cerca se alza este imponente edificio renacentista del siglo XVI, construido en parte con materiales del antiguo castillo árabe. Popularmente conocido como El Ingenio, alberga la única fábrica tradicional de miel de caña de Europa.
La fachada, con esgrafiados, reloj de sol y hornacinas, merece una observación pausada antes de entrar en su tienda de artesanía.

4. Iglesia de San Antonio de Padua y entorno

Situada en una recoleta plaza, la iglesia fue originalmente una mezquita, transformada tras la conquista cristiana en templo renacentista. A escasos metros se encuentran el Ayuntamiento y el Torreón, un estrecho pasaje cargado de historia donde apareció una de las primeras representaciones de la convivencia de las tres religiones.

5. Cuesta del Apero

Uno de los accesos más recomendables al casco antiguo. Desde la parte alta, donde se localiza un aparcamiento gratuito, se obtienen excelentes vistas del pueblo.
Aquí se encuentra también la Casa del Apero, edificio del siglo XVII que acoge la Oficina de Turismo, la Biblioteca Municipal y el Museo Arqueológico.

6. Calle Hernando el Darra y el barrio del Barribarto

Desde la Calle Real se accede a este cruce tan fotografiado que da paso al Barribarto, el antiguo barrio morisco. Fachadas blancas, escudos cerámicos y flores convierten cada rincón en una postal.
La subida, aunque empinada, recompensa con algunos de los tramos más auténticos del pueblo.

7. Miradores naturales sobre el pueblo

Siguiendo el ascenso se alcanzan varios miradores desde los que se obtiene una panorámica privilegiada de Frigiliana y su entorno. Especialmente recomendable es el entorno del restaurante The Garden, donde se aprecia la adaptación de las viviendas al terreno y los característicos adarves andalusíes.
Quienes tengan fuerzas pueden continuar hasta las ruinas del Castillo de Lizar.

8. Calles de la Amargura, Alta y Santa Teresa

El descenso permite recorrer algunas de las calles más bellas del municipio, reconocibles por su empedrado bicolor con formas geométricas. En sus muros aparecen mosaicos cerámicos que narran episodios clave de la historia local, integrados de forma natural en el paisaje urbano.

9. Callejón El Garral y Fuente de las Tres Culturas

Uno de los rincones más emblemáticos. Este estrecho callejón, adornado con macetas y pequeñas terrazas, desemboca en la Fuente de las Tres Culturas, cuyos caños simbolizan la convivencia histórica entre cristianos, judíos y musulmanes.

10. Jardín Botánico de Santa Fiora

El broche perfecto para terminar la visita con tranquilidad. Este jardín en ladera, de acceso gratuito, muestra especies tradicionales utilizadas durante siglos en la vida cotidiana local: caña de azúcar, esparto, palmito o plantas aromáticas como tomillo y romero.