El Instituto de Investigación Cueva de Nerja (IICN) fue creado en el año 1999 con objeto de cumplir los fines recogidos en los estatutos de la Fundación Pública de Servicios Cueva de Nerja referidos a la investigación, la conservación y la difusión del Patrimonio Natural y Cultural de la Cueva de Nerja y de su entorno. Se trata de un Instituto de Investigación sin ánimo de lucro, integrado por la plantilla científica de la FPS Cueva de Nerja y financiado, íntegramente, por este organismo.
El Instituto de Investigación cuenta, como órgano de gobierno, con un Consejo Científico Asesor que se encarga, entre otros aspectos, de la elaboración de las líneas y proyectos de investigación a realizar por la Fundación, así como de proponer la organización de simposios, congresos, jornadas, planes de publicación o cualquier otra actividad encaminada a la difusión y conocimiento científico de la Cueva de Nerja y de su entorno. El Consejo Científico Asesor también propone medidas para la correcta conservación de la cavidad, teniendo en cuenta la función social y económica que se desprende de la explotación racional y sostenida de la misma.
Instalaciones
La sede del IICN, ubicada dentro del propio recinto de la cueva, en el edificio de servicios técnicos, cuenta con diferentes instalaciones: biblioteca de investigación, laboratorio, área de microscopía, almacén técnico, gabinete destinado al Espeleoclub Cueva de Nerja y al servicio de Espeleosocorro, despachos y residencia de investigadores temporales.
La biblioteca del Instituto de Investigación se creó en el año 1995, con objeto de poner a disposición de los investigadores, estudiantes y profesionales interesados, los recursos bibliográficos y documentales de la Fundación Cueva de Nerja. Contiene en torno a 2500 volúmenes, organizados en las siguientes secciones: Prehistoria, Geología, Microbiología, Zoología, Botánica, Protohistoria, Historia, Cuevas del Mundo, Mapas geológicos, Tesis doctorales, Documentos audiovisuales y Publicaciones específicas sobre la Cueva de Nerja.
Otra instalación científica complementaria es la Estación Meteorológica de la Cueva de Nerja, equipada con instrumental perteneciente a la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía y a la Agencia Española de Meteorología.
¿Conservar una cueva?
Conservar una cueva con un inmenso Patrimonio Cultural y Natural que, al cabo del año, es visitada por más de 400.000 personas, no es una tarea fácil y requiere de un importante esfuerzo material y humano. La Fundación Cueva de Nerja ha decidido apostar por una gestión basada en la investigación científica y en la divulgación de sus resultados, con el objetivo de compatibilizar la visita turística y la correcta conservación de su excepcional tesoro patrimonial, que alberga la historia de la Tierra y de nuestros antepasados. Así, el disfrute de la Cueva de Nerja por nuestra sociedad resulta un privilegio, y conservarla para generaciones futuras una tarea de obligado cumplimiento que debemos desarrollar entre todos.
¿Qué se hace para conservar la Cueva de Nerja?
Es la pregunta que a menudo nos plantean aquellas personas interesadas en conocer los trabajos desarrollados por el Instituto de Investigación Cueva de Nerja. No la consideramos una cuestión baladí y somos conscientes de que su respuesta, plagada de biofilms, parámetros ambientales o niveles estratigráficos, puede resultar tediosa e incluso incomprensible para personas no relacionadas con el mundo de la investigación científica. Para evitar esta situación y lograr una explicación adecuada, planteamos la comparación entre el empleo de la Cueva de Nerja como recurso turístico y una actividad habitual en la vida cotidiana de numerosas personas, el deporte.
El cuerpo de un deportista de élite se somete a un sobreesfuerzo en cada una de las competiciones en las que participa. Sin control sobre este daño recibido, su cuerpo terminaría cediendo, probablemente, de forma irreversible. Por ello, es lógico que tanto el esfuerzo como su posterior recuperación precisen de un equipo médico que garantice la salud del deportista y lo prepare para futuros eventos. Así, nuestro deportista de élite es la Cueva de Nerja, un ente “vivo”, no un sitio inerte, sometido diariamente a un impacto humano que precisa ser controlado por el Instituto de Investigación, que garantice su recuperación y, por tanto, su adecuada conservación.