Curro Flores

De marcha

Opinión

Curro Flores

De tantos eventos deportivos estoy reventado, pero los decenios acumulados, añadidos a las ortopedias, hacen que me sienta el atleta más activo del sillón-ball; la causa, lo pueden, imaginar es que mis apaños son de chatarrería del INSALUD y el cyborg que me pudieran armar es de chapuza para guadaña. Desde que pespunta el sol, ni paseíto que valga, porque calores y calima me sustraen del ducado del bochorno; así que mando a distancia y a dos metros de los cuatro ojos; voy pasando del Sena, al tatami, desviándome por las Guayanas francesas y entonando La Marsellesa, mientras despacho a los califas con una bullabesa; a remojones, empujones y viento en popa toda vela, por la escuadra; ese empieza a ser mi pasar meditabundo; mientras el sueño me lleva a ser un cyborg de podios, como la Major de Ghost in the Shell.

La cosa es que entre tantos CD de Beethoven amontonados, he podido hacerme de una versión de Carros de Fuego de Vangelis, la que tengo en desesperante repetición para crear ambiente. A veces el universo imprevisto de las contrariedades, me deja con la miel en los labios y la congoja cargada de hiel; la Marín, el Alcaraz, Rahm, los escariolos, las futbolistas…; pero ayer tempranito me encantó salir de marcha, con el caballero andante Álvaro Martín y la dama correcaminos María Pérez, a la que nadie puede llegar a darle un tirón del bolso; encontraron la llave del oro, después de darse una panzá de andar al trote cular y dejar con la lengua y los tornillos fuera a la Torre Eiffel. A veces hay que cargar y descargar la vejiga o se me va el dial, para charcutearme del héroe popular a la butifarra, Carles Puigdemont; un cyborigen, imitando las hazañas chusqueras de los Lute y Dioni en catalán.

Curro Flores

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