Mi papanatismo malaguita, sonada la mala suerte de nuestro Club de fútbol, todavía echa un ojito a la Red y los perios los fines de semana, para saber el resultado por su grado de desgracia en la cola. Tomaba un refrigerio con Manolo Alcántara, siempre atento al popular pronunciarse, cuando nos reímos porque en las gradas de la Rosaleda, se llamaba al jeque catarí propietario del Málaga, el “cheque” Al Thani. Ahora vamos en que si pone 9 kilos de euros por su responsabilidad civil, puede recuperar su propiedad y sacarla a la venta, después de desaguisados.
Visto que el apellido de la dinastía catarí, está más en boca de los percheles que el de Calderón en los rascacielos de Doha; siempre mantuve la tentación de pensar que el Alcalde deseoso de colgarnos el mamotreto catarí en el Paseo de la Farola, al tiempo que solucionar nuestras penurias balompédicas, de origen en la primada del Mohamed de la saga del emirato semiconstitucional unitario del Golfo, pensaba que Al Thani para arriba y para abajo, le serviría para buscarnos un hueco en primera como al PSG. Pero parece que los primos del Golfo tienen la jáquima desorientá, y la jaima en yates sin rumbo familiar.
Días atrás otro Calderón el del básquet, nos lanzaba un fake news a toda pastilla, de su deseo de hacerse con el Málaga a través de yanquilandia, desmentida ayer por el “Cheque” devuelto desde Catar. Otro Calderón, el de Real Madrid, hizo las veces de presentación en discordia, del proyecto de Hotel de Lujo en nuestro dique. Al ver tantos Calderones famosos y Al Thanis en en la Ciudad del Paraíso, a uno le entra la sobreestima, pero también el sentirnos baratijas del Monopoly arábigo, para abrirnos los sueños de las Mil y Una Noche, pero para decirnos como Calderón de la Barca: “…que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.
Curro Flores