Frigiliana

Redacción

5 rutas para enamorarse de la Axarquía

Nuestra comarca es ese rincón oriental de Málaga que guarda la esencia del Mediterráneo más auténtico, ofrece un viaje que se disfruta con los cinco sentidos. Sus pueblos blancos, sus paisajes de contrastes, su gastronomía y sus tradiciones convierten cada ruta en una experiencia inolvidable. Aquí tienes cinco propuestas para descubrir la Axarquía de una manera diferente.

1. La Ruta Mudéjar: un viaje al pasado

Entre montañas que miran al mar, cinco pequeños pueblos —Arenas, Árchez, Salares, Sedella y Canillas de Aceituno— conservan intacta la huella andalusí. Pasear por sus calles es como abrir un libro de historia vivo, donde alminares, torres y arcos recuerdan la fusión de culturas que dio forma a la comarca.
El Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama acompaña de fondo, regalando paisajes verdes que se mezclan con el azul del Mediterráneo.

2. La Ruta de la Pasa: tradición con sabor

Viñedos imposibles trepan por las laderas de Totalán, Comares, Cútar, El Borge, Almáchar y Moclinejo, creando un paisaje único que en septiembre cobra vida con fiestas populares. El ajoblanco de Almáchar, el vino dulce de Moclinejo y la célebre pasa de El Borge son auténticos tesoros gastronómicos que saben a celebración.
Además, en El Borge, la Posada del Bandolero invita a descubrir las leyendas serranas mientras se degusta la cocina más tradicional.

3. La Ruta del Sol y el Aguacate: mar y trópico

Desde las playas de Rincón de la Victoria hasta los valles de Benamargosa, pasando por Macharaviaya, Vélez-Málaga, Benamocarra e Iznate, esta ruta es pura diversidad. Historia, cultura y sol se combinan con los cultivos tropicales que han convertido a la Axarquía en un vergel único en Europa.
Aquí te espera la sorprendente Cueva del Tesoro, la única gruta marina visitable del continente, y una oferta infinita para quienes buscan mar, deporte o simplemente tranquilidad.

4. La Ruta del Aceite y los Montes: esencia de la sierra

Paisajes de olivos centenarios, embalses rodeados de montañas y pueblos que guardan la calma de otro tiempo. Riogordo, Colmenar, Alfarnate, Alfarnatejo, Periana, Alcaucín y Viñuela son la parada perfecta para quienes buscan naturaleza, aire puro y buena mesa.
Queso de cabra, roscos de aceite, tortas de Algarrobo y, sobre todo, el oro líquido de la comarca: un aceite de oliva virgen extra de calidad excepcional. Además, museos y antiguas ventas narran la historia de esta tradición milenaria.

5. La Ruta del Sol y del Vino: encanto entre viñedos y mar

Algarrobo, Sayalonga, Cómpeta, Canillas de Albaida, Torrox, Nerja y Frigiliana forman un recorrido lleno de contrastes: playas luminosas, pueblos blancos colgados en la sierra y cuevas impresionantes.
Frigiliana brilla con su casco histórico, premiado como uno de los más bellos de España, mientras que Nerja invita a asomarse al Balcón de Europa y descubrir su famosa cueva. Las fiestas del vino, los nísperos de Sayalonga y los paseos junto al mar en Torrox y Algarrobo completan una ruta que sabe a Mediterráneo.