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Los topos

Redacción

Los topos de la Axarquía: Juan y Manuel, 28 años escondidos en Benaque

Macharaviaya

Juan Hidalgo, Manuel Hidalgo

En España, se llamó topo a las personas que vivieron ocultas tras la Guerra civil para escapar a la represión franquista. Se ocultaron durante años de la Dictadura franquista huyendo de las represalias del bando golpista. El uso del término «topo» para referirse a estas personas procede de la obra de los periodistas Manuel Leguineche y Jesús Torbado «Los topos», publicada en 1977, en la que se narra la historia de 24 de estas personas. Entre estos relatos reales, se encuentra la historia de dos personas de la Axarquía.

Existieron «topos» distribuidos por toda España, huidos y desaparecidos. También hubo variedad en el tiempo en el que permanecieron ocultos, desde algunas semanas o algunos meses, otros hasta la conclusión de la guerra en 1939, pero también hubo quienes siguieron escondidos en sus «toperas» hasta casi el final del régimen franquista

Hubo al menos dos topos en la Axarquía. Se trata de dos hermanos, Juan y Manuel Hidalgo. Su historia empieza al caer el frente de Málaga a principios de 1937. Manuel tenía 27 años y Juan 31 años cuando lo entrevistaron Manuel Leguineche y Jesús Torbado. Revelaron a los periodistas que le habían comentado que Málaga había caído y que había que huir camino de Almería. Al hilo de la conversación comentaron sus recuerdos de la Desbandá, la angustia de los disparos desde los barcos y desde los aviones.

Consiguen llegar a la capital almeriense y gracias a un salvoconducto, hasta Alicante. Esa ciudad fue testigo de los horrores que sufrieron en campos de concentración. Vuelven a Benaque ambos y es allí, en esta pedanía de Macharaviaya, donde pasan casi la mitad de su vida refugiados como topos.

Juan llegó antes que Manuel a Benaque, luego de haber estado más de dos semanas andando sin detenerse ni para descansar ni para comer. Poco después de finalizar la contienda civil, a finales del mes de abril, Manuel llega a la pedanía. Por otro lado, su hermano Manuel, que se hallaba en la localidad conquense de Motilla del Palancar, también vuelve a Benaque, algo más tarde, el 4 de mayo de 1939. Solo viajó de noche por miedo a ser descubierto, tardando un mes en hacer el recorrido.

Paradójicamente y desconociéndolo ambos, los hermanos estuvieron escondidos muy cerca uno del otro. Se enteraron por sus respectivas mujeres que a su vez eran primas. Estando tan cerca, los dos hermanos no pudieron verse ni abrazarse hasta 1967. Tristemente, Juan Hidalgo pasó su vejez careciendo de pensión por haber sido un topo durante toda la mitad de su vida. Juan y Manuel pasaron 29 años de guerra, una secuela que marcó para siempre sus vidas.