¡Qué más nos diera! Si la Conferencia Episcopal maneja un corta y pega de la Auditoría Externa de los abusos a menores, para que los 806 probados sumen seiscientos menos; agua pasada no mueve molino, aunque delitos probados remuevan remolinos. ¡Qué más nos diera! Si el Alcalde de la diócesis malagueña, don Francisco de la Torre, conociese al Hermano Mayor de la Clemencia, para poder advertirle que los estandartes del Mutilado los pula en el chatarrero, para que no pasen advertidos ante nuestro pueblo en democracia. ¡Qué más nos diera! Si las comisiones del ayusero y el koldero, se trabucan en el Senado, cuando se manipulan sub judice. ¡Qué más nos diera! Si el beso de Rubiales, no fue el de Judas, si los denarios multiplicados se los llevó calentito a celebrar las fiestas en Santo Domingo de guardar.
Para miseria, ya que por la edad, hasta voy perdiendo la memoria histórica, ancianas batallitas; me queda una brisa para el verano oculta en la calima abrasadora, Pedro Sánchez nos lleva a reconocer el Estado Palestino, de paisaje más siniestrado que en eterno bombardeo. Pero siguen las gracias, por las que el pueblo andaluz quiere pagar un bono de avión a Manitú, porque después de la derrama caída en capirotes, aún nos falta otro tanto igual de ponernos chorreando, para igualar la media de un año hidrológico como Dios manda sin Noé en el almirantazgo.
Digamos, lo poco que le debe importar al ex viceconsejero de Salud de las tardanzas andaluzas, el popular desconocido Miguel Ángel Guzmán, que nos hemos enterado de su fichaje por ASISA; míster Guzmán ha hecho bueno lo de la gran puerta giratoria, mientras sostuvo su gran empeño público, de tenernos la puerta atrancada a los que formamos las manadas desasistidas del Servicio Andaluz de Salud. ¡Qué más nos diera!
Curro Flores
