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Tal como cita San Juan Evangelista en el Nuevo Testamento, Santo Tomas tuvo que tocar las llagas de Jesús para creer en la resurrección de Jesucristo. Reconozco que algo así me ocurre a mí, con el devenir de la gestión pública municipal.

Después de más de cuatro décadas en la Administración Local, identifico dos grandes problemas, que se van incrementando conforme crece el tamaño de cada municipio.
El primero de ellos se refiere a la utilización torticera de los contratos menores (hasta 14.999 euros en contratos de suministros y servicios, y hasta 39.999 euros en contratos de obras, iva no incluido). Y en segundo lugar, la irrupción de personal de confianza y asesoramiento especial, es decir, militantes de los partidos políticos, que no suelen tener trabajos estables a nivel laboral, y piden socorro al Partido de turno, para poder disponer de un salario de la Administración.

Empezaremos con el primero de ellos. En connivencia con algunos funcionarios que lo “firman todo”, los partidos políticos han aprendido a manipular, a su antojo, los límites de los contratos menores de servicios, de forma que compran estómagos agradecidos a golpe de talonario. Familiares, amigos, y gente cercana al Partido, son beneficiados con la adjudicación de contratos menores de suministros o servicios, bordeando los límites de la legalidad de la Ley de Contratos del Sector Público. Ni que decir tiene, que hacen exactamente lo mismo, con los contratos menores de obras, y en este caso, son capaces de rizar el rizo, indicando a las empresas que realizan las obras, a quien tienen que contratar y a quien no; más estómagos agradecidos.

En segundo lugar, la irrupción en la administración local, de personajes que no tienen donde caerse muertos, absolutamente afines al equipo de gobierno que gobierna cada ayuntamiento, es la forma que utilizan los Partidos para disponer de un ejercito de lacayos para ir dirigiendo y aumentando adeptos por todo lo largo y ancho de nuestra geografía. Sus funciones deberían ser, exclusivamente la de asesorar al Alcalde y/o concejales, Diputados y Presidente de entidades supramunicipales, pero no es así. Suelen dedicarse al día a día de la gestión municipal, dando instrucciones a funcionarios, quitando y poniendo a su antojo, gestionando presupuestos e indicando a quien si y a quien no, se le adjudica un contrato menor.

Y todo esto, es sólo la punta del iceberg.
¿Dónde están los Habilitados Nacionales y la Cámara de Cuentas?

*José Luis Escobar Pacheco