Desde que la Tierra es plana y se derrite por los Polos, estamos viviendo un carnaval de sorpresas, más de muchas cuaresmales, pero las redes las hacen más ligeras y digeribles, aunque en la Nube de secano se afianzan y almacenan las dolamas. Hoy son los agricultores entractorados los que cuentan con nuestra solidaridad en el kilometro uno del atasco, a partir del siete de ralentí uno se acuerda de sus beneméritos chalets-o casas de apero, en bucólicos campitos, hoy de sequía, mientras uno busca más aire que el alcorque de la puerta del bloque; no se ven a los lugareños destripa terrones y africanos, con su chapulina al hombro, como en los tiempos de Casero y Gordillo, esta ya no es su batalla, la de tomar las tierras del amo, por eso:-”de la tierra para el que la trabaja”.
Menudo chasco con la planicie de los huevos de Colón que, han impuesto los fondos de inversión a los terrícolas. Ahora los arbolillos cuestan un pastón para sacarle el jugo, pero los que mercan, si te pagan, es para que los riegues con lágrimas, porque han descubierto tesoro, comprando a desprecio fuera de la UE y llenándonos el carrito del súper a su fortuna por piezas y no por kilos. Como a nadie se le ha ocurrido una carrilada de la compra, por la que inundemos los clientes de carritos parados y vacíos los establecimientos de nuestro suministro diario, para impedir mover sus cajas; ya que de paganinis nos tienen atascado hasta los sesos; se me ocurre unirnos a la tractorada, pero con un cartel legible en nuestros capos por el helicóptero de Tráfico, la joven del telediario y Radio Macuto, en el que se exprese nuestro estupor e indignación, por vernos doblemente agraviados, por los precios de las lineales al alza y por un finde jodido a cámara lenta por la carretera de darse un respiro.
Curro Flores
