28F

Redacción

28-F: Fue en Málaga, en Casares donde nació el «Padre de la Patria andaluza», Blas Infante, y en Ronda, donde nació el sentimiento de ser andaluz

Blas Infante

Ronda ha sido clave en la historia del andalucismo, no solo por la Asamblea de 1918, sino por su papel en la articulación de una identidad regional frente al centralismo. En la Plaza del Socorro se erige el monumento con el escudo de Andalucía, recordando aquel episodio crucial. Frente a él, el Círculo de Artistas, lugar donde se celebró aquella histórica asamblea.
Y fue también en otra localidad malagueña, Casares, donde nació el «Padre de la Patria andaluza», Blas Infante.

El proceso autonomista andaluz tuvo en Blas Infante a su máximo impulsor. Nacido en Casares en 1885, su obra Ideal andaluz (1914) sentó las bases del andalucismo político, aunque en un principio sin una formulación concreta. Blas infante Pérez nace en la calle Carrera nº 51 el 5 de Julio de 1885. Hijo de Luis Infante Andrades y Ginesa Pérez Romo, familia de labradores acomodados. Aunque con 11 años estudia interno en Archidona, en 1902 vuelve a Casares para trabajar de escribiente en el Juzgado Municipal ayudando a su padre. En 1904 se matricula por libre en la Facultad de Derecho de Granada, consiguiendo en dos años su licenciatura, estudia oposiciones de notario y en 1910 obtiene plaza en Cantillana.

Monumento de Blas Infante en Casares
Monumento de Blas Infante en Casares

El «Padre de la Patria andaluza» dotó a Andalucía de sus símbolos de identidad: escribió la letra del himno, al que dio música el maestro Castillo, inspirado en el canto de los campesinos durante la siega. Para el escudo de Andalucía tomó como referente al “Hércules fundator” que está orlado por el lema del Centro Andaluz: “Andalucía por sí, para España y la Humanidad”.
El 2 de agosto de 1936 es detenido y el día 11 es fusilado por los golpistas franqistas en la carretera de Sevilla a Carmona. Cuatro años después, se dictó una condena a muerte en su contra «por haberse significado como propagandista para la constitución de un partido andalucista o regionalista andaluz».

Y fue en en la Asamblea de Ronda donde se empezó a dar forma a esa identidad regionalista, con la participación de 60 asistentes procedentes de distintos puntos de Andalucía y de otras regiones.

Aquel encuentro no estuvo exento de dificultades. No existía un consenso claro sobre la naturaleza de Andalucía ni sobre la vía para su desarrollo, más allá de una crítica común al atraso social y económico de la región y al poder centralista. Blas Infante propuso tomar como referencia el proyecto de Constitución Federal de Andalucía de 1883, lo que permitió avanzar en la definición del proyecto autonomista, que seguiría debatiéndose en la Asamblea de Córdoba de 1919.

28-F: Fue en Málaga, en Casares donde nació el "Padre de la Patria andaluza", Blas Infante, y en Ronda, donde nació el sentimiento de ser andaluz
Mesa en la que se firmó el acuerdo de las «insignias» de Andalucía en Ronda.


Manifiesto de la Asamblea de Ronda

La revista Andalucía convocaba a los andaluces a participar en la Asamblea de Ronda con este contenido del Manifiesto:

Andaluces: Ha llegado la hora de que Andalucía, la Región que siempre fue más civilizada de España y, en ocasiones, la Nación más civilizada del mundo, despierte y se levante para salvarse a sí misma y salvar a España de la vergonzosa decadencia a que han sido arrastradas durante varios siglos por los Poderes centrales, presididos por hombres inconscientes o malvados.

Es preciso concluir de una vez con la oligarquía nacional, representada por estos hombres. Hay que fortalecer la vitalidad de las Regiones y Municipios, reconociéndoles los fueros que a ellos corresponden por naturaleza, como fuentes de vida y prosperidad nacional. Hay que fomentar por el mutuo conocimiento, por la solidaridad ante los intereses propios de cada Región o Municipio, los lazos afectivos y de hermandad entre ellos, hoy aflojados por la arbitrariedad centralista, que oprime a los unos y a los otros suscita entre ellos recelos y rebeldías, con evidente peligro de la unidad de la Patria española.

A nosotros corresponde fortalecer Andalucía y los Municipios andaluces, unificando su fuerza para intimar con ella, como hace Cataluña, a los Poderes centrales, a fin de obtener de éstos lo que de grado no otorgan: instituciones de enseñanza, caminos, canales y reivindicaciones económicas y financieras debidas a la vida de nuestra región.

La dignidad de los andaluces exige la creación en Andalucía de un pueblo consciente y capacitado; exige el concluir de una vez, sea como sea, con los caciques y sus protectores los oligarcas; hay que evitar continúe siendo Andalucía el país del hambre y de la incultura; «la tierra más alegre de los hombres más tristes del mundo». Tenemos que tomar la tierra de aquellos que no la cultivan, para entregarla a los que deseen trabajarla, evitando con esto la espantosa emigración. Tenemos que educar urgentemente una generación de adultos, una generación de padres que concluyan en sus hijos las generaciones de analfabetos; tenemos que comunicar con carreteras a todos los pueblos de la Región; que fomentar el crédito industrial y rural; que regar nuestra tierra; que explotar nuestra riqueza minera; que poblar bosques, y que crear en todos los pueblos o comarcas instituciones de enseñanza técnica y práctica ordenadas al florecimiento de la Cultura, de las Artes, de la Industria, de la Agricultura y de la Minería.

Hay que concluir con la leyenda vergonzosa de la Andalucía de pandereta, vestida de colorines, esclava de caciques y prostituta de toreros. Para emprender esta obra es preciso, ante todo, fomentar el espíritu regional, el patriotismo regional, y para ello necesitamos de la unión estrecha, en un solo cuerpo y espíritu, de todas las provincias andaluzas.
Por esto, Centro Andaluz toma la iniciativa de congregarlas en Ronda, la ciudad más apropiada para este acto, por estar cerca de Bobadilla, punto de concurrencia de los caminos de la Región. Andaluces: Leed el programa Regionalista y acudid a la Asamblea de Ronda. La España centralista ha muerto. La colonización industrial extranjera, que la explota y domina, y su absoluta impotencia internacional, lo revelan bien claramente.

¡Viva Andalucía y la Federación de las Regiones españolas!»