Las 15 razones por las que Feijóo miente sobre Meloni: ella es fascista y el PP la normaliza

Juan Luis Valenzuela Simón

15 razones por las que Meloni es ultra y el PP la normaliza

Opinión

Feijóo

Feijóo ha pasado de obviar a la presidenta de Gobierno de Italia, Georgia Meloni y no querer tintarse del azul que desprende. En esta campaña electoral europea, el líder del PP nacional se ha convertido en un defensor de la ultra italiana y en una lavadora de sus políticas reaccionarias. Tras defenderla con fruición en el programa de Onda Cero “Más de uno” entrevistado por Carlos Alsina, volvió abrir la puerta a pactar con la inquilina del Palazzo Chigi porque mantiene que Meloni «no es homologable» a la extrema derecha europea. Es más, el dirigente popular piensa que “Meloni está defendiendo el Estado de derecho”. Eso dicho después de afirmar que su partido «no debe pactar con la extrema derecha en Europa», suena a contradictorio si tenemos en cuenta las ideas que defiende la italiana y las polémicas y reaccionarias decisiones políticas que ha adoptado.

Ante las dudas de si Meloni es ultraderechista o no, veamos algunos aspectos de su ideario y de su gestión.

– Ganó las elecciones que la llevaron a la presidencia del Gobierno de la mano de Hermanos de Italia (Fratellid’Italia), partido nacido de los rescoldos del posfascismo. Fratellid’Italia ancla sus orígenes históricos en la República de Saló (1943-1945), una especie de protectorado nazi en el norte italiano, gobernado por el Mussolini.

– Precisamente sobre el creador del fascismo y líder histórico de la ultraderecha, el dictador Benito Mussolini, se conocen estas declaraciones de Meloni en un videoclip cuando tenía 19 años: “Mussolini fue un buen político… todo lo que hizo fue para Italia”. Tras ser elegida por primera vez diputada del parlamento italiano, en 2006, afirmó en una entrevista que tenía una “relación serena con el fascismo”.

– La primera mujer en alcanzar la presidencia de Gobierno, tuvo relevancia en el partido Alianza Nacional (AN), partido heredero del creado por exmiembros del régimen de Mussolini llegando a ser ministra de Juventud del gobierno de Berlusconi entre 2008 y 2011.

– En diciembre de 2012 creó, junto a un grupo de disidentes de Alianza Nacional, Hermanos de Italia, que exhibe en su distintivo la llama tricolor que simbolizaba al MSI, partido auténticamente neofascista.

– Pero si eso fue en un pasado reciente, en la actualidad, de la mano de sus políticas, puede decirse contundentemente que sí, que Meloni es una miembro destacada de la ultraderecha internacional. Y si, de momento, no es más explícita en su abrazo al neofascismo, la causa reside en la necesidad de los fondos europeos y en la situación internacional. Todo, por tanto, susceptible de empeorar con el tiempo y agudizar su política reaccionaria… cuando se pueda y se den las condiciones objetivas.

– Destaca por tener un discurso radicalizado como demostró en su discurso en un mitin de Vox que se ha hizo viral tras ganar las elecciones en Italia. Unas encendidas palabras en un delirante discurso en apoyo a Vox. Precisamente cabría preguntarle a Feijóo como casa que la referencia política de la italiana en España sea Abascal y que pida el voto para Vox y la defensa del gallego en el sentido de afirmar que Meloni “no es homologable” a la extrema derecha europea y que ella “está defendiendo el Estado de derecho”. Difícil matrimonio, además de contradictorio.

– La realidad es tozuda: Su política actual camina más cerca de la ultraderecha que de los conservadores tradicionales. Su discurso es radical en materias tales como la inmigración y los derechos civiles. Ha manifestado su total oposición a la adopción por parte de parejas homosexuales y defiende un inhumano bloqueo naval contra los inmigrantes del Mediterráneo. También hace suyo y fomenta el descontento de colectivos como los trabajadores despedidos a causa de la pandemia y ha entendido y defendido a los antivacunas.

– Meloni va contra los más vulnerables y necesitados. Su principal muestra fue el desmontaje de la Renta Ciudadana que impulsó el Gobierno del Movimiento 5 Estrellas y que la oposición italiana ha definido como “una guerra contra los pobres” al finiquitar una ayuda que hasta ahora recibían 2,1 millones de personas. Y para mayor indignación e indecoro, esa grave decisión para los más desfavorecidos italianos la comunicó por SMS ¿Notan cierto parecido con el argentino Javier Milei?

– Uno de los signos notorios de la ultraderecha es su odio, ¡sí odio!, al feminismo. En esa misma línea camina el Gobierno italiano cuando obliga a las mujeres que opten por un derecho como es el aborto, a que antes deban de escuchar los latidos del feto ¿Les suena a los grupos ultras antiabortistas españoles como Hazte Oír, a la medida similar ya en marcha de la Hungría de Víktor Orbán o a la que quiere implementar el vicepresidente de Castilla y León –sin cargo, pero con “cartera”-, Juan García Gallardo, pretendiendo obligar a los sanitarios a ofrecer a las mujeres que quieran abortar escuchar el latido del feto y una ecografía 4D?

– En ese mismo ámbito, el del aborto, Meloni aprobó, dentro de un paquete de medidas, que los activistas contra este derecho de la mujer puedan entrar en clínicas donde se interrumpen embarazos. La oposición lo valoró como un duro golpe para los derechos de la mujer. En regiones donde gobiernan los Hermanos de Italia, también se ha restringido el acceso a la píldora abortiva. El derecho al aborto se aprobó en Italia en 1978.

– En su cruzada contra los derechos de las mujeres, dio un paso más al eliminar los nombres de madres lesbianas de los certificados de nacimiento de los niños. La medida significa que solo el padre biológico de un niño puede ser nombrado en un certificado de nacimiento. La medida obstaculiza que los hombres en una relación del mismo sexo registren el nacimiento de su hijo con los nombres de ambos padres, sin embargo, tienen que elegir a uno para que sea el padre legal.

– Otro punto que la coloca en el centro de la ultraderecha es su enfrentamiento con la inmigración. Una de las decisiones que más ha trascendido fuera de Italia es el plan de Meloni de abrir dos centros para inmigrantes en Albania. El acuerdo, parecido al del premier británico Rishi Sunak de llevar los migrantes a Ruanda, tendrá un coste para las arcas públicas italianas de 750 millones en cinco años. Su apertura estaba prevista en estas fechas. Sería un paso más en la guerra antiinmigración de Meloni. Mientras eso se produce, ha endurecido los procesos de acogida y obstaculizado el trabajo de las ONGs.

– Pero uno de los elementos que van en el ADN del neofascismo y de la ultraderecha, es el recorte de la libertad de expresión y su animadversión a los medios públicos. Por ello, Meloni no ha dudado en llevar a cabo un desmantelamiento de la Radio televisione Italiana, la RAI, poniéndola al servicio de sus intereses políticos ante el malestar de la plantilla que ha protagonizado una histórica huelga en protesta contra los intentos de manipular un ejemplar medio estatal.

– En la esencia de la ultraderecha, también en esa que gobierna con el PP en comunidades autónomas y ayuntamientos españoles, está la imposición de símbolos religiosos en los colegios y centros docentes. Pues eso es lo que ha hecho el partido de Giorgia Meloni tras presentar un proyecto de ley en el Senado para “proteger” las tradiciones cristianas y la “esencia” de la Navidad. Se trata de garantizar –o blindar- la costumbre de montar belenes en las escuelas en la época navideña. Para tal objetivo, contempla la ley sanciones a los funcionarios que no obedezcan la norma o que vayan más lejos fomentando celebraciones alternativas. De esta manera se pretende acabar con las actividades que impulsen la diversidad, un hecho en auge en Italia. La respuesta le ha venido a Meloni desde distintos frentes. Los sindicatos le recordaron a la primera ministra que Italia es un país laico y su escuela también. Cabe recordar que en 2018 la Liga de Salvini, socio ultra de Fratellid’Italia, propuso la obligación del crucifijo en las aulas y otros recintos públicos. Aunque decayó la propuesta ahora se intenta revitalizar ¿Parecido con Vox? Totalmente.

– Desde el principio de su mandato Meloni ha desafiado a los sindicatos con una reforma laboral por decreto. En ese sentido se enmarca la aprobación de medidas de flexibilidad sin apenas debate con las partes implicadas. Poner en marcha una reforma laboral que aumenta la contratación temporal y recorta las aportaciones a la seguridad social, es marca Meloni.

– Y por último un símbolo denigrante cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo. Se trata de autorizar una gran concentración neofascista en Roma. Como si de una alcanforada película fascista en blanco y negro, se celebró esta marcha, mitin y acto de apología del fascismo en enero pasado. En la concentración se ve a centenares de personas con camisas oscuras, ubicadas en formas geométricas. No faltaron los saludos romanos y el grito de ¡Presente¡ tras nombrar a sus caídos. Celebración neofascista en conmemoración del 46 aniversario del asesinato de tres jóvenes militantes de derecha. La oposición de centroizquierda y sindicatos, calificaron el acto como “apología de fascismo” y llamó al gobierno de Giorgia Meloni a dar explicaciones.

  • Juan Luis Valenzuela (Artículo extraido de ElPlural.com)

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