Las jornadas de reflexión nos suelen dejar en nebulosa, ayer mis desconocidos sobrinos nietos se enfundaron el pan con tomaca en Igualada, aparejando el día del deshojar de la margarita, para mañana depositar el te quiero en las urnas o nani, abstenció. Mucha adormidera de butifarra hace falta en el soliloquio electoral sabatino, para llegar como unas zorras a la votación eurovisiva, donde nuestra Nebulossa, más que formarse en estrella nos ha deparado un agujero negro, más los siete votos de los italianos, muy de agradecer en chismepolítica.
Mis familiares neocatalanes, ahora para entretenerse tienen al Girona que. ayer se las peló en la capital vasca, empatando en el 99. Los continuistas del Aguilar de la Frontera y el Barça, recibirán el lunes de resultados, avergonzados por haber visto a los segundones del reino Nazarí hacerles el pasillo de campeones a los madridistas. El Generalísimo de todos los ejércitos, como si fuera el César, recomendaba a sus lacayos aminestrados, no meterse en política, porque él llegó al BOE destruyendo al oponente. Me falta perspectiva, es decir, me sobra desconocimiento; pero estoy poniendo velas a la pandemia, para que a nuestro Illa no me lo haga papilla el destino; por las redes que están al cabo de la calle del Partit dels Socialistes de Catalunya, me he hecho el desentendido, porque yo no comprendo ni jota del catalán, y resulta que las opiniones de nuestro candidato y Salvador, había que seguirlas con traducción simultánea al castellano.
No hace falta ser de la escuadra de la Real Academia, para tener una visión más que de Festival de nuestra lengua española, más hablada en el mundo que nuestras hermanas de la UE, por ende, de nuestras otras íberos particulares. Nos toca seguir el recuento con nocturnidad, los cuentos con alevosía, para ver si levanta la calima irrespirable.
Curro Flores
