A doce millones de nosotros, quiera que sí actores de la Transición en su inmensa mayoría, ganadores del pan y la libertad para todos los españoles desde la época opaca del NODO y el correaje; la votación sobre la propuesta del Gobierno para revalorizar las pensiones, la han tumbado en el Congreso la miseria de los diputados del PP, unidos a sus VOX, con los mal hallados independentistas catalanes de la derecha dirigida desde Waterloo.
Inmediatamente las editoriales de toda la vida, han cargado la derrota de la Moncloa en los puigdemones, para soslayar el juego de la pareja Feijóo-Abascal que por infringir un daño a la estabilidad de Sánchez, nos han vaciado, a la inmensa vejez, los eurillos conciliatorios para algunas gotitas de café con leche y sacarina que también subieron en el Hogar en 2024.
Ni los cinco goles del Madrid al réquiem de Salzburgo, me han calmado la vigilia gatuna de mis tripas encabritadas, me lo podía creer porque los actos de fe de la derecha son sin prójimo y ya nuestro esperanzador Parlamento había mostrado el revés de su copla en más de una correría; pero hete aquí que la generosa visión de nuestros laborales quinquenios, han dejado el sitial de la política a nuestras sucesoras generaciones, para que solo el recuerdo y nuestras dolencias tomen algún cuerpo en sus agendas. De este fiero humor voy a despachar con mis compañeros de dominó tempranito, porque hoy tengo respuesta a la analítica.
Bonifacio y el resto estaban tan levantiscos como yo, ya tenían dibujadas en varias servilletas las pancartas con los eslóganes para las marchas nacionales del 28 de Febrero, cuando se vean en las nominillas que estamos igual de pobres que en 2024. Don Pijote de la Plancha, severo de tono, había copiado el nombre de todos los diputados de voto negativo, para que sus retratos lleguen a todos los pensionistas en sus circunscripciones. Con la paguita no se juega.
Curro Flores
